Algo raro pasa con Ahmadinejad
para que todavía esté ejerciendo su cargo de Presidente y que no haya sido
destituido, encarcelado o incluso sentenciado a muerte mediante una fatwa.
Suena muy fuerte esta consideración pero se puede explicar. Cuando murió
Chavez, su amigo y muy admirado presidente venezolano, fue tal la emoción que le
embargó que fue capaz de imaginarlo, y así lo dijo en público, regresando de la mano del Mehdí, el duodécimo imam, el
último de los doce santos del chiísmo, el esperado, aquel que está oculto y
volverá un día para salvar al mundo e instaurar la paz y la justicia social.
Comparar a Chavez con el Mehdí, aunque sea una metáfora, es peligroso. Por comparaciones
parecidas Salman Rushdie sufrió una fatwa y recientemente el rapero iraní Sahin
Najafí también. Pero es que desde la
muerte de Chavez, tanto Madero, su sucesor, como Ahmadineyad entraron en una
especie de realismo mágico digno de la mejor literatura sudamericana.
Yo puedo comprender que un hombre
de emociones fuertes y grandes fidelidades como es Ahmadinejad, se emocione
ante la muerte de un amigo hasta el punto de entrar en terreno peligroso, pero
seguro que Alí Jameneí, el Líder Supremo, no lo comprende.
¿Por qué Ahmadinejad es inmune?
Todo el mundo sabe que desde hace
un tiempo las relaciones entre el presidente y el Lider Supremo no son buenas.
Cuando he preguntado en Irán,
donde estuve hace apenas unas semanas, sobre esta cuestión me respondían que
Ahmadinejad es intocable porque tiene información bien documentada sobre las
redes de corrupción cercanas al Líder, a su camarilla y a sus parientes más
cercanos. Entre ellos el mismísimo hijo de Jameneí. Información que ha estado
recopilando durante los últimos tiempos de su mandato como presidente y que ha
amenazado con desvelar.
Y ¿qué hace Jameneí, jefe supremo
del único país estable del Oriente Medio? Pues callar y esperar que pasen las
elecciones de la forma más inocua posible. Que se vaya Ahmadinejad y venga una
persona de confianza. Por eso ha vetado
a todos aquellos candidatos que no eran totalmente afines a sus ideas, entre
ellos al recomendado por Ahmadinejad, Mashaeí.
Jameneí no quiere problemas que
amenacen la estabilidad del país pero con el veto a Mashaeí corre un gran riesgo. De momento Ahmadinejad
ya ha dicho que Mashaeí recurrirá contra el veto. ¿Será este veto razón
suficiente para que Ahmadinejad revele los secretos? ¿Tiene Jameneí un as en la
manga que contrarrestaría la amenaza del todavía presidente de Irán? ¿Piensa el
Líder Supremo que siendo Ahmadinejad un hombre íntegro, no sacará los trapos
sucios del régimen a la luz pública a menos que peligre su vida?