BLOG DE ANA M. BRIONGOS


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26.1.07

Ryszard Kapuscinski ha muerto



Kapuscinski falleció hace unos días en Varsovia. Se fue un maestro de periodistas y un hombre bueno, reconocido por todos.
Hoy recomendamos este libro: Los cinco sentidos del periodista, y os ofrecemos el primer capítulo.
Desde la Fundación para un nuevo periodismo iberoamericano, www.nuevoperiodismo.org, nos cuentan que: Este es el primer título de la Colección y forma parte de la serie Libros del Taller. Es una edición conmemorativa. Desde su concepción, se acordó con el autor que no sería publicado para ser vendido. En sus páginas están reunidas las ideas y reflexiones que Kapuscinski expuso en dos talleres dictados a petición de la FNPI. Uno de ellos tuvo lugar en la sede de la Fundación Proa de Buenos Aires (octubre de 2002) y el otro en Ciudad de México (febrero de 2001).La sabiduría y la experiencia de este reportero de guerra están reforzados por su sensibilidad. Expone con sencillez una visión de la situación actual del periodismo en el mundo globalizado. Muestra cómo el periodismo es un oficio especial, en donde la humanidad es lo más importante. Comparte valores del oficio tales como la obligación de tener un conocimiento profundo sobre la materia de la cual se habla, la rigurosidad y las posibilidades de la narrativa del nuevo periodismo.Riszard Kapuscinski nació en Pinks, Polonia, en 1932. Durante más de dos décadas trabajó como corresponsal de la Agencia Polaca de Prensa. Cubrió diecisiete revoluciones en doce países de África, Asia y América Latina. Ha escrito veintiún libros con una prosa característica donde se mezclan géneros que van desde las formas tradicionales del reportaje hasta el ensayo. Kapuscinski colabora para los diarios The New York Times, Frankfurter Allgemeine Zeitung y la revista Time.
Algunas de sus palabras:

Mi vida ha sido un cruzar constante de fronteras, tanto físicas como
metafísicas. Este es para mí el verdadero sentido de la vida.

Kapuscinski defiende el abandono del cubículo de nuestra seguridad, el abandono del territorio, del árbol que nos da sombra, para ir en busca de las respuestas, del "quién", como hizo Heródoto hace 2500 años. Hay que aventurarse en lo desconocido, dejarse guíar por "la magia de viajar" que "actúa como una droga" donde "el camino es el tesoro". (Viajes con Heródoto, editorial Anagrama)
Y yo pienso que la incertidumbre del regreso está siempre presente en el viaje. Pero junto a esta incertidumbre anida, en lo más profundo de nuestro ánimo, la certeza de que la vuelta a casa es posible. Sin embargo están aquellos cuyo viaje no está regido por la inquietud del ver y el conocer sino por la necesidad del sobrevivir. Éstos viven con la desazón que les otorga el saber que no van a regresar en muchos años, quizá nunca. Y se encuentran en la necesidad de superar el desarraigo día tras día.

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