BLOG DE ANA M. BRIONGOS


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29.5.14

Surmeh, en Irán, el hollín para pintarse los ojos

 
Es viernes por la tarde, día semanal de fiesta en Irán, es como nuestro domingo. Con mi amiga Jamileh y su hija Sepideh, nos vamos a poner a preparar el surmeh para llenar los recipientes que hemos adquirido en el bazar. Los hemos comprado de madera pero también los hay preciosamente decorados por los miniaturistas sobre hueso de camello. Estamos en Isfahán, la hermosa ciudad iraní donde trabajan centenares de artesanos, cinceladores de metal, miniaturistas, anudadores de alfombras, estampadores de telas....
 
 
 
Sentadas sobre las alfombras del salón preparamos lo necesario: una bandeja, un bol de metal, almendras, avellanas, pistachos, una hoja de papel, una Gillette, una aguja y cerillas.
 
 
Jamileh pincha una almendra y la enciende con la cerilla.

 
Acerca la parte inferior del bol a la llama para que quede incrustado el hollín.

 
Sigue haciendo lo mismo con el resto de las almendras, las avellanas y los pistachos.

 
Después con una Gillette, rasca el hollín para que caiga sobre la hoja de papel.

 
 Y luego, con mucho cuidado hay que meter el hollín en el recipiente cuyo agujero es muy pequeño.

 
Ya está. Ahora solo falta pintarse los ojos y las cejas para que queden bien negros.

 
Cosmética ecológica limpia, estéril y barata pues con dos almendras, dos avellanas y dos pistachos llenas el recipiente y tienes para pintarte los ojos durante varios meses.


 
Aquí os presento algunos recipientes de surmeh de mi colección que ya llega a los cuarenta y que he ido trayendo de mis viajes a Irán.


 
Son de hueso de camello.

 
En la tienda de Persian Art Gallery de Masud Beheshtí y Reza Toughi, cerca de la gran plaza de Isfahán, tienen maravillas. Cuando voy a visitarlos lo hago sin prisas. como hay que hacer cuando viajas. Me siento, me ofrecen un té, se sientan conmigo y charlamos. Después admiro los recipientes de surmeh y las cajitas que exponen en las vitrinas. Alguna me llevaré, siempre compro alguna para mi colección.

 
Abren la caja fuerte y me enseñan las miniaturas carísimas que guardan en ella. Aunque mi presupuesto no alcanza para eso, me gusta admirarlas.
Isfahán me tiene fascinada.

1.5.14

Consejo para viajeras a Irán o el moño que aguanta el pañuelo

 
Las iraníes acostumbran a tener un pelo precioso, grueso y abundante. Y una, viéndolas de perfil con el pañuelo, piensa que éste esconde un estupendo moño o gran una cola de caballo. Pero no, se han puesto un CLIP, así se llama el moño artificial de tela de colores cosido a una pinza que se colocan en la parte posterior de la cabeza, y según lo arriba que lo llevan queda la cabeza apepinada en sentido horizontal o vertical. Este clip ayuda a que no se caiga el pañuelo y permite mantenerlo bien atrás para que se vea el flequillo e incluso los pendientes en algunas ocasiones.
 
 
 
Los venden en muchas tiendas y tienen varias medidas, desde los discretos del tamaño de una mandarina, hasta los más espectaculares gandes casi como un melón.


Yo me compré uno de color azul, como se puede ver en la foto de abajo y como llevo el pelo corto me tenía que recoger una colita con una goma para poder agarrar el clip y no resbalara.


Después me colocaba el pañuelo y , a correr mundo, sin preocuparme del deslizamiento del pañuelo y, además, sabiendo que mi perfil estaba a tono con el de las iraníes más actuales. Viajeras a Irán, compraros nada más llegar un CLIP, los veréis en muchas tiendas, los hay de todos los colores. Comprarlo bien coloreado, mejor si es fluorescente, total debajo del pañuelo no se va a ver y, cuando lleguéis al hotel y finalmente os podáis quitar el pañuelo pareceréis la mismísima Lola Flores con el floripondio. ¡Buen viaje! Con amor y buen humor.