BLOG DE ANA M. BRIONGOS


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30.7.10

Palitana, conjunto de templos en Gujarat, India.


Palitana era el objetivo del último viaje a la India aunque antes pensábamos recorrer varios estados y visitar muchas ciudades. Desde hacía años una foto publicada en una revista nos había hecho soñar. Todos esos templos alineados en la cima de una montaña eran, con sus torres puntiagudas, como la cresta de una gran iguana dormitando bajo la luz rosada del amanecer. ¿Cómo sería en la realidad?

Aprovechamos que nuestra amiga Falguni estaba en Baroda en casa de su madre para iniciar desde allí la excursión por el Gujarat. El viaje en coche hasta la ciudad de Palitana es largo y pesado aunque las carreteras en ese estado occidental de la India acostumbran a ser buenas e incluso hay excelentes tramos de autopista. Dormimos en casa de sus tíos, ambos profesores de instituto, en medio de cuya sala de estar, pendía un gran columpio donde se podían sentar dos personas con las piernas cruzadas conversando en continuo movimiento, cosa frecuente en muchos hogares gujaratis.

La salida matutina debía hacerse todavía de noche para poder empezar el ascenso antes de que amaneciera y así llegar a la cima cuando el sol todavía no calentara demasiado. Era invierno, la mejor época del año para viajar a las zonas calurosas de la India.

Más de tres mil quinientos escalones llevan a los templos, dicen que hay exactamente tres mil novecientos cincuenta.

Nuestra llegada en coche al lugar donde empieza el ascenso provocó un revuelo exagerado, hombres con palos se empujaban unos a otros de manera que con el gentío y la oscuridad, no sabíamos si nos querían apalear, pues nos empujaban y gritaban. Falsa alarma, se trataba de porteadores que nos querían subir cuestas a cambio de unos cientos de rupias.

Llegamos con dificultad a la oficina de acogida donde dan permiso escrito para hacer fotografías. Luego alquilamos cada uno la caña o bastón de peregrino que nos ayudaría en la subida. Yo no iba bien calzada para el camino y mis chanclas me hacían tropezar. Como observé que la gente subía descalza y el terreno era de cemento liso, me las saqué. Descalza se caminaba mejor. Así llegué hasta la cima sin dificultad y con los pies en perfecto estado.

El ascenso es una maravilla. Mientras va clareando se ven, allá abajo, la llanura y el río sumidos en brumas evanescentes. Un sol rojo rojísimo aparece en el horizonte y va subiendo con nosotros. Charlas entre peregrinos, ambiente alegre y distendido, tramos de camino llano con bancos de piedra donde descansar y comentar con los que se sientan a tu lado. Familias enteras hacen la subida, los niños corretean y los abuelos más abuelos se hacen subir por los porteadores. Vienen de Bombay o de Ahmedabad o incluso de lugares mucho más lejanos, en la India o Canadá. Todos practican el jainismo y deben permanecer en ayunas hasta que regresen a la falda del monte donde en un templo de acogida les servirán comida. De vez en cuando durante el camino te ofrecen agua fresca que extraen de grandes tinajas de barro o de metal. Es un servicio gratuito al peregrino. Nosotros, como es obvio, ni probarla. Los porteadores, que suben más deprisa que nosotros, reclaman espacio a voces. Sudados y muy cansados los veremos luego dormitando tirados a la sombra de los árboles.

Los templos de Palitana constituyen un centro de religioso jaín visitado diariamente por cientos de peregrinos que suben andando pues no hay carretera. El conjunto está formado por unos setecientos templos que se han ido construyendo durante novecientos años, el más antiguo data del siglo XI. Pegados unos a otros forman un laberinto de piedra, mármol y yeso.

Llegados a la cima, hombres y mujeres se separan y entran en los respectivos centros de aguas donde se bañan y se cambian de ropa. Lo más sorprendente es verlos a ellos preparados para entrar en el templo y hacer las ofrendas, vestidos con unos metros de tela al estilo sari femenino, algunos de color liso otros de colorines, y con un bolsito bordado con abalorios colgando del brazo. Además llevan la boca tapada con un pañuelo.

Si cuando llegamos, el conjunto de templos está desierto, y solamente los que allí trabajan dan con sus vestimentas amarillas color a los espacios de piedra, al cabo de unas horas está lleno de fieles, deambulando, haciendo colas para entrar en los templos más importantes o simplemente descansando sentados en el suelo o en las escaleras que conducen a otros muchos templos. Carruajes de plata tirados por caballos de plata tirados a su vez por hombres de amarillo conducen a los peregrinos a dar vueltas por el patio del templo principal.

Sentados a la sombra de un porche sostenido por barrocas columnas de piedra contemplamos durante horas el bullicio de las gentes y el ondear de los gallardetes de colores sujetos a las lanzas que culminan las cúpulas estilizadas de los templos.

14.7.10

Noche de efluvios en Teherán, vino, gasolina y petróleo

(todos los nombres son inventados)
Volábamos en el coche de Shirin por las autopistas que rodean la ciudad de Teherán. Ella al volante no paraba de hablar. Nos acabábamos de conocer aunque sabíamos la una de la otra desde hacía tiempo a través de nuestra amiga común, Merche, la misma que nos había preparado esta cita desde Berlín.
- Shirin te espera esta noche a las diez en su casa de Yusefabad, calle tal número cual, me había dicho Merche por teléfono.
Tomé un taxi desde donde yo estaba para ir a la cita. El taxista era un joven estudiante que se pagaba los estudios trabajando por las noches. Venía de un pueblo del Azerbaijan iraní y consideraba que su vida era muy dura: trabajar de noche, ir a clase y estudiar de día le estaban minando la salud. Parecía enfadado con todo el mundo, conmigo también. Estaba convencido de que todos los extranjeros odiaban a Irán. Pero como continuaba hablando le seguí la corriente y acabó relajándose y sonriendo. Le di una buena propina.
Shirin vivía en un piso de un edificio alto con verja y jardín. Vivía sola y había decorado su hogar a su gusto con telas de colores, mantas y alfombras, velas y lámparas de cobre que daban una luz tenue y agradable. Shirin es una mujer de unos 35 años, que lleva ya bastantes trabajando de periodista para periódicos y revistas que siempre acaban cerrando por razones políticas. Estos cierres se han convertido ya en rutina. Sabe que al poco tiempo le ofrecerán de nuevo un trabajo en un periódico que va a salir con otro nombre pero con la misma ideología que el anterior. Hay un mundo subterráneo de periodistas, empresarios y demás profesionales de la información disidentes, que aparecen y desaparecen según sople el viento en las altas esferas gubernamentales.
Puso la música a todo volumen y apretó el acelerador todavía más, le encantaba, me dijo, correr por los cinturones de asfalto de la ciudad cuando por la noche el tráfico es casi inexistente. Eso le da una sensación de libertad y así hasta la vida en Teherán le parece bella y excitante. La habían invitado a cenar unos amigos y me llevaba a mí de acompañante. Llegamos a un barrio de clase media. Con edificios de tres o cuatro pisos. Aparcamos sin problemas en la calle frente a la casa. Shirin llamó al timbre y por el interfono una voz respondió y nos abrió la puerta. Subimos las escaleras hasta el segundo piso y esperamos a que se abriera la puerta, cuando eso ocurrió, un olor a vino evidente nos dio la bienvenida. En el interior de la vivienda los amigos de Shirin estaban contentos y muy atareados pues estaban preparando el vino que beberían durante el próximo año. En Irán está prohibida la venta de bebidas alcohólicas, no se vende alcohol ni siquiera en los hoteles de lujo donde se alojan los extranjeros.

-¿No tenéis miedo de que os denuncien los vecinos?, le pregunto a nuestra anfitriona, una joven que dice ser artista pintora.

-No, los ocupantes de este edificio son todos de la familia.

Me mostraron una habitación interior, la más escondida de la casa, donde había veinte bidones de plástico azul de casi un metro de alto por medio de diámetro en los cuales fermentaban las uvas ya chafadas pero que debían remover con unos palos de madera llenos de clavos en el extremo cada día durante varias horas. Para esta labor se turnaban los amigos de dos en dos, cada día una pareja distinta. Eran tres parejas las que se habían puesto de acuerdo y habían comprado en el bazar una tonelada de uvas. Lo vienen haciendo desde hace tres años. Luego se reparten las botellas. Me cuentan entre risas que el día en que fueron a por las uvas, al tendero ya no le quedaba más que una tonelada pues un momento antes otros dos coches se habían llevado sendas toneladas. Todos sabían para qué servirían esas uvas, pero nadie rechistaba, el tendero tampoco porque en un periquete había vendido toda su mercancía y a buen precio.
Los participantes en la cena y también en el asunto del vino eran dos matrimonios, ellos compañeros de trabajo, ingenieros, y ellas trabajando en el mundo de la moda y del arte. Además de la anfitriona, que vive sola, y de Shirin. Todos entre los treinta y los cuarenta años, modernos, altos y delgados, bien parecidos, ellas muy guapas. El piso es antiguo y está sin reformar pero en excelente estado de conservación. Tiene amplios espacios, techos altos y pavimento hidráulico modernista. Como el tiempo es agradable cenaremos fuera en el balcón donde han puesto una barbacoa y una alfombra para sentarse. El balcón da a un amplio centro de manzana sobre jardines llenos de árboles. Mientras cenamos los chicos me cuentan en qué consiste su trabajo. Tienen una empresa privada que colabora con el Estado y su tarea es la de buscar y comprar la maquinaria necesaria para reconstruir las refinerías que fueron destruidas durante la guerra Irán-Irak y que los iraníes debido al embargo nunca han podido rehacer debido al embargo económico. Uno de los mayores problemas de Irán, productor y exportador de petróleo, es que tiene que comprar la gasolina después del proceso de refinado del petróleo porque no tienen medios para hacerlo. Además el Estado iraní subvenciona la gasolina que se vende a precios muy bajos y, con el aumento del parque móvil en los últimos años, eso resulta insostenible. Cuando escribo esto ha salido la noticia en los periódicos según la cual algunos países occidentales han decidido no vender más gasolina a Irán como respuesta a su plan de desarrollo nuclear. Irán a su vez amenaza con no venderles petróleo.
Terminada la cena entramos en el salón para seguir con la tertulia sentados en los mullidos sofás y saboreando gin tonics. De vez en cuando alguien se levanta, se coloca un delantal, y se va a la habitación secreta a darle vueltas al vino.

7.7.10

Homa Tarzi y sus vestidos


Homa Tarzi, la mujer afgana de la cual he escrito en la entrada anterior, tuvo que empezar de cero cuando llegó a Nueva York con su pequeño hijo Sidiq. Huía de los bombardeos de Teherán y no podía regresar a su país, Afganistán, por la inseguridad que se produjo después de la invasión soviética y la posterior guerra civil. Estaba cursando un doctorado de literatura persa en la Universidad de Teherán cuando la conocí pues, como he contado, compartíamos habitación en una residencia de estudiantes de la capital iraní.

Recién llegada a América e instalada en el barrio de Queens de Nueva York, se dio cuenta de que para subsistir no podía confiar ni en sus dotes de poeta ni en sus conocimientos de literatura sino que debía encontrar trabajo inmediatamente. Como era una mujer emprendedora, con un buen gusto innato y conocimientos de costura, preparó unos papeles impresos a manera de tarjeta de presentación donde se ofrecía para coser botones, dobladillos y reformar vestidos y trajes.

Los repartió por los buzones del barrio y empezaron a aparecer clientes. Así comenzó una etapa de su vida, de silencio y trabajo, que ha durado muchos años .

De arreglar dobladillos pasó a diseñar sus propios modelos. Corrió la voz entre la comunidad iraní de Nueva York y en especial entre las mujeres de la comunidad judía iraní que empezaron a encargarle los vestidos que iban a lucir en bodas y fiestas.


Ella les hablaba en su propia lengua y además tenía la capacidad de aconsejarlas respecto al peinado, los zapatos y las joyas que debían llevar con este o aquel vestido. Incluso empezó a crear sus propios complementos. Así se convirtió en la consejera imprescindible, siempre discreta, educada, simpática y amable. Como sabía el modelo que iba a llevar en cada fiesta gran parte de las invitadas, procuraba a la hora de diseñarlos que no fueran parecidos, para que las señoras al encontrarse no tuvieran sorpresas desagradables. Los modelos de Homa eran secreto máximo, aunque todas la visitaban, ninguna veía ni sabía nada antes de la fiesta del modelo que llevarían las otras. Homa trabajaba de día y de noche. Contrató algunas mujeres para que la ayudasen. Creó decenas de vestidos que se pueden admirar ahora en su Web www.homatarzi.com.

Años después la descubrió uno de los dueños de Sacks Fifth Avenue y le ofreció ir a trabajar a su tienda de la Quinta Avenida. Allí se encargaba de la sección de alta costura y seguía creando sus complementos que vendían en el local comercial. Cuando alguna persona importante fallecía Homa era la encargada de escoger los modelos para los familiares, especialmente para ellas, y llevarlos al domicilio del finado antes del funeral. Atendió a familias de presidentes de los Estados Unidos, políticos importantes, directores y artistas de cine y multimillonarios famosos. Luego la contrataron en Armani y ha sido hasta hace poco la directora de todos los talleres de reformas que la firma italiana tiene en los Estados Unidos. Con decenas de mujeres costureras llegadas en su mayor parte de países sudamericanos bajo su responsabilidad, Homa consiguió un trato personal agradable, les dio la oportunidad de aprender y exigirse para llegar a la excelencia en los acabados, montó un escalafón de promoción y mejora de salarios y escuchó y trató de solucionar todos los problemas personales que le planteaban.
Últimamente está trabajando en Lord & Taylor, otra cadena de tiendas de moda de alta calidad.
Su poesía ha estado oculta desde que llegó a América. Ahora ha empezado a dar a conocer su secreto tantos años guardado, a través de su página en Internet. Su padre murió en Kabul porque, a pesar del desastre, nunca quiso salir de su país aunque aconsejó a sus hijos que se fueran. Su casa quedó abandonada durante las décadas de una guerra que todavía no ha terminado. Todo el sufrimiento por un país destrozado, por sus gentes, por un futuro incierto, está en la poesía de Homa, oculta, que quizá ahora vaya saliendo a la luz.

5.7.10

Homa Tarzi, de Kabul a Nueva York pasando por Teherán

Homa y yo en el Park-e-Farah de Teherán en 1974

Se abrió la puerta de la habitación y apareció ella como un huracán. Llevaba un moderno abrigo de astracán negro ribeteado de zorro plateado. Era hermosa y miraba de frente con unos ojos muy abiertos. Una sirvienta de la residencia la seguía con las maletas. Le ordenó que las dejara en una esquina y la despidió con palabras de agradecimiento y una propina. Esta chica está acostumbrada a mandar fue lo primero que pensé. Después se presentó, me dijo su nombre, Homa, y su país de origen, Afganistán. Intercambiamos pocas palabras, abrió las maletas y lo primero que hizo fue pegar en la pared junto a la que iba a ser su cama una serie de fotografías pequeñas entre las que aparecía en lugar prominente su madre fallecida cuando ella era una niña. Luego empezó a ordenar sus cosas en el armario que debíamos compartir de ahora en adelante. Pegó con chinchetas en la parte interior de la puerta un panel de plástico con bolsillos y fue metiendo en cada uno de ellos preciosos sujetadores de blonda y braguitas a juego. Una colección obtenida poco a poco tras cada viaje a Paris de sus hermanos, me contaba mientras la observaba. Zapatos y botas, vaqueros, vestidos, minifaldas… Finalmente extendió en el suelo una alfombrita de rezo, se colocó un chador blanco de fino algodón y rezó.
Observaba toda la operación desde mi cama y pensaba en lo diferentes que debíamos ser, yo no era religiosa y solo tenía dos o tres sujetadores de algodón sin encajes que además no hacían conjunto con nada. Hacía pocos días que había llegado a Teherán desde Barcelona, en España, después de haber recibido una beca para estudiar persa en su universidad, y me habían alojado en la residencia femenina de estudiantes de la calle 21-e-azar muy cerca de la universidad. Yo había terminado una licenciatura de 5 años de física en la Universidad de Barcelona y había sido una activista estudiantil. En esa época universitaria solo tenia amigos chicos, las chicas no me interesaban. Había estudiado el bachillerato en un instituto femenino como todas las niñas pues en los años de la dictadura de Franco en España la educación no era mixta. Cuando entré en la universidad y en física donde la mayoría de estudiantes eran chicos, me di cuenta de cuántas cosas les interesaban a ellos desde el bachillerato, ciencia, filosofía, historia, literatura, poesía, a nosotras aparte de las lecciones obligatorias máximo la literatura nos había interesado y nuestras conversaciones trataban solamente de chicos. Me pasé al bando masculino y no quise saber nada más de chicas. Pero ahora en la residencia de Teherán y por primera vez iba a tener que compartir mi vida con una chica. Me sentía escéptica respecto al éxito de la convivencia.
Al día siguiente Homa recibió la visita del embajador de su país. Las directoras de la residencia prepararon una gran recepción para el representante diplomático del país vecino y su esposa, y después Homa llegó a la habitación con un precioso ramo de flores y cajas con dulces. Homa y yo hablábamos en inglés entre nosotras y en adelante asistiríamos a la misma clase en la universidad. Ella sabiendo perfectamente la lengua pues el persa era la suya y yo sin saber nada de nada ni siquiera el alfabeto. Un error burocrático que no hubo manera de deshacer hizo que me pusieran en clase de doctorado de literatura persa. Después durante el curso me ayudaría con paciencia.
Redistribuimos los muebles de nuestra habitación, Colocamos las camas en perpendicular y en el hueco que formaban las cabeceras una mesa servía para reposar el radiocassette donde a partir de entonces sonaban las músicas que ambas habíamos traído de nuestros países. La de ella era música afgana e india y la mía Beatles, Stones, flamencos y otros músicos del momento. Después las compañeras de la residencia nos pasaron sus cassettes y empezamos a oír a Gugush, a Dariush y a otros. Cada una, con el tiempo, empezamos a disfrutar con la música de la otra y comentábamos el significado de las letras y los sentimientos que nos producían. Un día mientras estaba escuchando una canción que me gustaba mucho de los Beatles “because the sky is blue it makes me craaaaay” Homa jocosa dice:

-Si en Afganistán tuviéramos que llorar porque el cielo es azul, estaríamos siempre llorando.

La quería matar, para mí ella no entendía nada.
Con el tiempo empezamos a entendernos, a reírnos y a bromear de nuestras respectivas manías. Homa consiguió convencerme poco a poco con su extrema delicadeza exenta de mojigatería. Yo creo que en poco tiempo se dio cuenta de que conmigo no había que aparentar y que yo no entendía el juego social que se mantenía desde tiempos ancestrales en Afganistán e Irán, un lenguaje de apariencias y convenciones sociales. Ayudó a cimentar nuestra amistad el hecho de que las dos estábamos lejos de casa, las dos éramos extranjeras y en definitiva las dos éramos libres.
En nuestra habitación había siempre un jarrito con flores que ella se encargaba de escoger, colocar y cambiar puntualmente. Teníamos plantas en el balcón, que Homa regaba todas las mañanas con los restos del té que quedaba en la tetera que ella misma había preparado para desayunar las dos y que decía era muy bueno para las plantas.

Era una persona educada, abierta y sin complejos. En la residencia femenina de estudiantes donde compartíamos duchas y baños con las otras residentes mostraba su cuerpo sin tapujos. Tenía un buen gusto innato y era bella y muy atractiva. Lucía un pelo abundante, suelto, negro, brillante y ondulado. Sus ojos eran grandes, oscuros y los llevaba bien abiertos. Su cara era ancha y despejada y cuando hablaba, siempre muy convencida de lo que decía, contraía el rostro para terminar mostrando una saludable dentadura blanca.
Aquella era la primera vez que salía de su Afganistán natal, una tierra desde el punto de vista iraní pobre y poblada por bárbaros, y para mí ella llegó a ser el símbolo de la mujer moderna, sensible, educada, inteligente y segura de si misma. Fruto de una élite avanzada e intelectual que dio con Homa su mejor fruto.
Hija pequeña de una familia de varios hermanos y hermanas bastante mayores que ella y todos bien situados con carreras universitarias, Homa quedó huérfana de madre en su infancia y vivió su adolescencia en Kabul con su querido padre que era historiador.
Homa con su padre en Kabul, 1974

Cuando llegó a Teherán dispuesta a cursar su doctorado en literatura persa, ya tenía una sólida trayectoria en su país como poeta a pesar de su juventud.
En la pared junto a su cama, aparte de la fotografía de su fallecida madre, colgó las de sus poetas preferidos.

Y las dos teníamos como talismán un gran póster con la cara de un hombre afgano que nos miraba fijamente desde la pared con unos ojos color de miel y cuyo turbante era una simple cuerda enrollada en la cabeza. Lo llamábamos “el malang de Pagman” y para nosotras era la pura representación del hombre ideal, el simbolo de un mundo nómada, sin ataduras, lleno de ideas, amor, belleza y poesía.
Poníamos motes a los profesores y cualquier cosa nos hacía reir. Íbamos alguna vez al restaurante mexicano aunque gastábamos poco porque nuestra economía no nos lo permitía. Hacíamos visitas al bazar donde nos quedábamos boquiabiertas mirando los escaparates de las joyerías.
Cuando llegaron los exámenes me dejaba mensajes de buena suerte sobre la mesa junto a una rosa y cuando regresaba me esperaba con un pastel para celebrarlo.
Cuando terminó el curso ocurrió una desgracia en la residencia, ajena a nosotras, que interrumpió de golpe nuestra estancia. Homa regresó a Kabul y yo a Barcelona. Aquel verano la visitamos en Kabul mi hermano y yo y conocimos a su padre y a sus hermanos y hermanas. Después ella regresó a Teherán y yo me quedé en Barcelona aunque viajaba a menudo por trabajo a Irán. Los acontecimientos políticos de nuestros países condicionaron nuestras vidas. En España murió el general Franco y celebramos la llegada de un gobierno democrático. En Afganistán, en cambio, terminó la monarquía, llegaron los gobiernos comunistas y la invasión soviética, en Irán se fue el Shah y llegó Khomeini con su república islámica y empezó la guerra contra Irak. Homa se fue a vivir a los EEUU con su pequeño hijo Sidiq y allí tuvo que empezar desde cero, trabajando duramente, de día y de noche. Consiguió situarse en el mundo de la moda y la he visto fotografiada junto a Giorgio Armani cuando era directora de los talleres de esta firma. Siempre con la tristeza de ver a su país, Afganistán, inmerso en un torbellino de violencia sin fin.
La he visitado en New York y ella y su actual marido han venido a nuestra casa de Barcelona.
Cuando mi hija estuvo estudiando cine en NY, Homa le preparaba comida para toda la semana y asistió a su graduación.
Homa es mi heroína y muy querida amiga.

31.3.10

Las intrépidas motoristas de Baroda y Ahmedabad






En Baroda y Ahmedabad, dos grandes ciudades de Gujarat, en la India, está de moda entre las muchas jóvenes que se mueven en moto por las calles llenas de tráfico, el llevar la dupata o chal colocado de manera que solo se les ven los ojos. Así se tapan la boca y la nariz para no tragar los gases contaminantes que despiden los tubos de escape y a la vez protegen su pelo de la suciedad. No se trata del velo o hejab de las mujeres musulmanas, nada de eso, estas chicas son hindúes o jaines y también las habrá musulmanas. Pero en la calzada y sobre sus velomotores todas van embozadas. Lo curioso es que los chicos motoristas no se tapan la boca con un pañuelo, parece ser que a ellos no les importan los gases.
Dos de esas muchachas que iban a subir a una misma moto me comentaron, mientras se ataban en el cogote la tela que las cubría, que les encantaba recorrer las calles con esa indumentaria, que se sentían fuertes y modernas y que eran cientos las chicas que se movían de esa guisa por su ciudad. Formaban parte de una especie de clan, así lo sentían ellas. Cuando partieron con los velos ondeando en el aire parecían abejas voladoras.

25.2.10

Contrastes en la India: Gurgaon y Old Delhi

Según Wikipedia Gurgaon es la sexta ciudad más grande de la India. Es una ciudad nueva, antes en ese lugar había un pueblo. Está situada en Haryana a tan solo media hora en coche de Nueva Delhi. El metro, en construcción, será inaugurado dentro de poco con lo que se podrá llegar en veinte minutos desde la capital.
La carretera sigue los altos pilares que sostienen la vía del metro cuyas estaciones elevadas ya están a punto de recibir pasajeros. Veo anuncios de Vodafone en las farolas. Nos dice Rajij que hay 25 kilómetros desde east of Kailash, el barrio de Nueva Delhi donde vivimos, hasta Gurgaon. Pasamos por extensos tenderetes de marmolistas a pie de autovía y de repente se ensancha el espacio visible, hay grandes zonas ajardinadas y empiezan a aparecer las nuevas construcciones. Edificios de muchos pisos, de apartamentos y de oficinas, con nombres como Vatika Business Center, Mega Mall, Sahara Mall, estos dos son grandes centros comerciales de cristaleras espejeantes, Dell, T&T Motors, Ernst & Young, Aviva, American Express, South Point, Hotel Ibis, etc.
Hay anuncios enormes ofreciendo pisos de lujo e hipotecas para familias de jóvenes ejecutivos.
Nuestro objetivo era visitar las oficinas de una empresa de externalización de servicios de información financiera para bancos, entidades del sector y grandes empresas. Esta empresa ocupa dos plantas de un edificio nuevo de oficinas. La fundaron dos compañeros de estudios de la London School of Economics, uno indio residente en Londres y otro colombiano que vive entre Londres, Nueva York, Dubai y Hong Kong. Tienen treinta y pocos años. Nos abre la puerta una agente de seguridad, una mujer joven uniformada. Nos adjudican un acompañante para visitar el complejo. Nos muestra las salas de trabajo cuyas puertas abre con una tarjeta magnética y un código. En cada una de ellas trabajan 20, 30, 40, o más empleados, hombres y mujeres, todos menores de 35 años, todos titulados universitarios. Están frente a su pantalla y saludan sonrientes. Vestimenta: traje y corbata ellos, vestido formal ellas y zapato de tacón, se ve algún turbante sikh. Cada equipo trabaja para un cliente y la separación absoluta de espacios se hace para preservar la confidencialidad. Según la magnitud del cliente y de la tarea encargada se organiza el equipo con más o menos empleados. Al final del pasillo hay un bar con mesas y sillas, una barra y un camarero de blanco. En la planta superior hay una terraza donde salen los empleados a fumar y a hablar por el móvil, rodeados de rascacielos. Nos ofrecen cocacolas en una sala de juntas con mesa ovalada y un cuadro en la pared en carboncillo muestra a un toro bravo embistiendo. La decoración es moderna, sobria, de calidad. La plantilla es de 500 personas. La empresa dispone de una flotilla de taxis que recoge a los trabajadores en puntos de la capital, los lleva al trabajo y los devuelve al finalizar la jornada laboral. Con la llegada del metro este servicio no será necesario.
Al día siguiente visitamos la parte antigua de Delhi. Vaya contraste con Gurgaon. La India de siempre y la India emergente. Por la noche cenamos en casa de una amiga donde encontramos a varias parejas de jóvenes de entre 25 y 35 años que viven Gurgaon y trabajan en esa ciudad. Dicen que hay escuelas, hospitales, tiendas, y todo lo necesario para vivir cómodamente. Solo estan esperando que inauguren el metro para poder desplazarse a Nueva Delhi sin tener que sufrir embotellamientos.
Se acabaron las familias extensas conviviendo con los abuelos, los tíos y los primos. El cambio hacia la modernidad está dando paso a las familias nucleares: papás y mamás que trabajan con uno o dos niños y que viven en apartamentos modernos entre rascacielos y centros comerciales.
En Gurgaon están las grandes empresas de telemarketing que se han hecho famosas.

Gurgaon, Hariana, India

Ver la entrada siguiente para saber más de Gurgaon, una nueva ciudad supermoderna de la India donde se concentran los call centers o cnetros de telemarketing que atienden a clientes de todo el mundo.Posted by Picasa

27.1.10

Dayanita Singh expone sus fotos en Madrid

No conozco personalmente a la fotógrafa india Dayanita Singh pero sigo su obra desde hace años debido a una serie de casualidades.
Hace más de una década, el también fotógrafo Toni Catany me dejó un libro de fotos de Dayanita cuyo título era "Myself Mona Ahmed" y en el que aparecía en imágenes la vida de un eunuco ya anciano que vivía en un cementerio. Algunos años después fui a vivir a Calcuta y cuál no fue mi sorpresa al ver en casa de la señora que me alquilaba el piso donde fui a vivir una foto de su familia tomada por Dayanita Singh y, más tarde, en la misma casa, el libro "Privacy" en que aparecía esa foto publicada. Me contó mi casera que su nuera y Dayanita habían sido compañeras de escuela y que seguían siendo muy buenas amigas y me regaló el libro. Lo miro con frecuencia porque me parecen sus fotos extraordinarias. Se trata de familias de Calcuta y de Bombay en su mayor parte, también las hay de Goa. Familias en sus casas. En blanco y negro. Los muebles, los cuadros, las paredes, los suelos, la luz, todo colabora a crear unos ambientes íntimos, entre modernos y decadentes, donde los personajes, elegantes y sofisticados la mayoría, dan a entender varias generaciones de holgura económica y altos niveles de educación. Otra cara de la India de la que solo acostumbramos a ver su faz más depauperada.
Hace un mes estábamos cenando en un restaurante de Ballygunge, en una ciudad tan grande como Calcuta, y por casualidad, otra más, entró un conocido nuestro que hacía años no sabíamos de él, Aveek Sen. Nos contó que iba a ir a Madrid en enero para la inauguración de una exposición de una fotógrafa india llamada Dayanita Singh. ¡Dayanita otra vez! Precisamente hacía unos días habíamos vuelto a ver la fotografía familiar colgada en la pared de la casa de mi en otros tiempos casera, hoy buena amiga, y que, por cierto, se convirtió en uno de los personajes más entrañables de mi libro ¡Esto es Calcuta!
Exposición en la Fundación Mapfre de Madrid.

26.1.10

Bahman Jalali, fotógrafo iraní, ha fallecido




Bahman Jalali, Irán 1944, ha fallecido en Teherán el 15 de enero de 2010. Está considerado como el fotógrafo iraní más importante por su larga e intensa carrera que le llevó a fotografiar durante más de cuarenta años lo ocurrido en su país e iniciar la fotografía artística. Trabajó con gran dedicación junto con su mujer, la también fotógrafa Rana Javadi, en la conservación de la fotografía iraní del siglo XIX. Dio clases en la universidad durante veinte años y fundó el primer museo de fotografía de Irán.

Su obra, original y ejemplar, es poco conocida debido tanto a circunstancias particulares de su desarrollo como a ciertas condiciones de visibilidad restringidas que tienen que ver a la vez con la propia biografía del autor y con la historia reciente de su país, como dice Enzo Agrigento en su artículo de hoyesarte.com del 21 de enero.


En 2007 la Fundación Tapies de Barcelona ofreció una magnífica exposición antológica de su obra, que comentamos en este mismo blog en su momento.

14.11.09

Ernesto Carratalá Rey, el pintor del Raval, y Gerard Quintana



Ernesto Carratalá, el pintor protagonista de mi libro ¡Esto es Calcuta!, cuyos dibujos y pinturas sobre la India he comentado en este mismo blog, lleva ya un tiempo dibujando lo que ocurre en el Raval de Barcelona. De la misma manera que durante años sus dibujos fueron una crónica viva de las calles de Calcuta, hoy lo son de las esquinas del barrio más variopinto de la ciudad condal. Indios, pakistaníes, filipinos, nigerianos, policías, prostitutas, tenderos, mujeres y hombres venidos de lejos, vecinos de toda la vida y nuevos vecinos, turistas, imanes musulmanes, sikhs, mujeres con burka, abuelas, tullidos, ciclistas y carteristas.
Y Gerard Quintana lo ha escogido para que ilustre su nuevo disco "De terrat en terrat" que sale dentro de unos días. El CD incluye diez dibujos preciosos en forma de postal, además de la portada y la contraportada.
Entrad en http://http://www.gerardquintana.cat//index.php?Itemid=100092

Viaje a Mashad



Llevaba ya unos días en Isfahan, mi ciudad preferida de Irán, deambulando por sus calles o demorándome en la gran plaza, de charla con mis numerosos amigos y conocidos. Esta vez quería seguir viaje hacia Mashad y ya había comprado en Teherán el billete de Iran Air, una compañía seria, para trasladarme a aquella ciudad del extremo nororiental del país, casi en la frontera con Afganistán. La había cruzado en múltiples ocasiones cuando viajaba a ese país en autobús, e incluso una vez en un Renault Dauphine. Mashad es una ciudad importante donde llegan diariamente centenares de peregrinos del mundo chií para rezar junto al mausoleo de su octavo emam, el emam Rezá.
En Isfahan, Hossein el vendedor de alfombras, me dijo que su esposa Jamileh, con la que mantengo una buena amistad desde hace años, me quería acompañar. Él se encargó de sacar los billetes, cosa harto difícil, pues los vuelos a Mashad acostumbran a estar completos con meses de antelación. Encontró dos plazas en un vuelo charter que despegaba a la una de la madrugada. Yo devolví el billete que ya tenía.
El aeropuerto estaba lleno de peregrinos. Las mujeres bien tapadas con sus chadores negros. Unicamente Jamileh y yo, además de dos jovencitas, llevábamos pañuelo y gabardina. Ellas muy modernas vestidas de negro con pañuelo mini sobre un tupé considerablemente alto, pantalón pitillo, levita entallada y zapatos de tacón de aguja de conjunto con el bolso, la una azul celeste y la otra rosa chiclé. Nadie miraba a nadie, y solo en el autobús que nos acercaría al avión, las muchachas cruzaron conmigo una mirada chispeante, y sonrieron, al notar que las estaba observando, yo también con una sonrisa en los labios.
Al ver el avión me arrepentí por haber aceptado cambiar mi billete de Iran Air. Aquel avión parecía reparado cientos de veces a martillazos, ni un centímetro de su fuselaje estaba liso. Su interior era destartalado, los asientos torcidos, la tapicería gastada o rota. En cuanto empezó a moverse por la pista, una voz potente inició una plegaria que el resto de los peregrinos siguió en voz alta y en la que seguramente pedían a Dios y al emam Rezá, al que íbamos a visitar, protección para que el avión no cayera en medio del desierto. Y, milagrosamente, no cayó.
Hossein y Jamileh son de Mashad y aunque viven en Isfahan, en su ciudad natal mantienen un piso bien amueblado, lo que en Irán significa, sobre todo, bien alfombrado. Se compone de un gran salón y dos amplias habitaciones además del cuarto de baño. En una de las habitaciones se acumulan, unos encima de los otros, los colchones que por la noche se despliegan para dormir. Jamileh me asignó una de las habitaciones donde puse mi maleta, y ella se quedó con la otra. Para dormir sacó dos colchones del montón y los colocó uno al lado del otro en el centro del salón alfombrado. Se fue a cambiar la ropa de calle por el pijama a su habitación. Yo hice lo mismo. Y nos pusimos a dormir después de comentar, tumbadas en sendos colchones, los últimos acontecimientos del día.
¿Para qué dormir en soledad en una habitación, si se puede dormir en compañía en el salón? Me decía yo admirada y divertida. Además, en medio del salón, qué caramba, y no en una esquinita bien arrimadas a la pared. Si hubiera habido más personas, los hombres habrían dormido juntos en el salón y las mujeres en una de las habitaciones, o al revés, según la cantidad que hubiera de cada sexo. Los niños, donde caigan dormidos. Así es Irán, el Irán tradicional.
Jamileh es una mujer religiosa y su mayor interés al acompañarme era, además de visitar a su familia, rezar ante la tumba del emam. Yo tenía un gran interés en acompañarla. Nos llevamos el chador en el bolso para colocárnoslo a la entrada del gran complejo religioso donde está el mausoleo. Para entrar, ya pertrechadas con el chador, tuvimos que recibir el visto bueno de una funcionaria que miró a contraluz la tela del mío y le pareció, de momento, poco tupida, aunque después cedió sin mediar palabra alguna.
En el interior, multitudes. Cruzamos el patio y cruzamos salas y más salas, todas alfombradas, con fieles yendo de aquí para allá o sentados leyendo textos religiosos o rezando o meditando o charlando, hombres y mujeres. Funcionarios y funcionarias conducen a los fieles con dificultades motrices en sillas de ruedas o cogidos del brazo. Avanza hacia el mausoleo el río humano, cada vez más tupido, hasta que se separa en dos, el de los hombres y el de las mujeres, medio mausoleo para cada sexo. Agobiante. Cientos de mujeres me llevan casi en volandas. Mi chador se sostiene porque yo lo agarro fuertemente por el interior en la barbilla. Hay alguien que con el sofoco se desmaya, llegan dos funcionarias a empujones, no hay otra manera, y se la llevan, seguimos avanzando. He perdido a Jamileh, no importa. Las mujeres rezan con fervor, ya estoy cerca de la tumba, la veo frente a mí, toda de plata, una reja alta y brillante, un enjambre de manos extendidas intentan tocarla. Con una mano agarrando el chador en la barbilla y la otra intentando tocar la reja, así van todas las mujeres. Las voces se elevan como humo hacia la cúpula. De repente me emociono. Una presión que llega de la parte posterior de mis ojos me los llena de lágrimas. Las dejo fluir. El ambiente está cargado, a punto de explotar, todas las penas se acumulan, los deseos, las peticiones, la humanidad doliente en busca de consuelo, en busca del milagro. No soy creyente pero siento que formo parte de esa doliente humanidad.

9.9.09

Chavez, Ahmadinejad y la energía nuclear


Joaquim Ibarz, corresponsal de La Vanguardia en Méjico, me manda esta información que transcribo literalmente.

Chávez confirma que Venezuela adelanta un programa nuclear de fines civiles con ayuda de Irán.

PARIS
Irán ayuda a Venezuela a desarrollar un programa nuclear civil dado que ambos países tienen derecho a producir energía atómica, aseguró el presidente venezolano Hugo Chávez en una entrevista al diario francés Le Figaro publicada este miércoles.

Chávez, aliado del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, efectuó una visita a Teherán el pasado fin de semana.

En la entrevista con Le Figaro, el presidente venezolano agradeció a Ahmadinejad por las transferencias de tecnología de Irán en Venezuela, recordando que ambos países firmaron un nuevo acuerdo la semana pasada en Teherán.

Venezuela trabaja en un proyecto preliminar para la construcción de una “villa nuclear” con la ayuda de Irán, para “que el pueblo venezolano cuente en el futuro con ese maravilloso recurso para usos pacíficos”, había afirmado Chávez en Irán.

En declaraciones al diario francés, el presidente venezolano defendió que Irán tiene derecho a producir su energía nuclear como lo hacen Francia y muchos otros países y puede hacerlo también Venezuela.

Chávez se declaró sin embargo contrario a un programa nuclear con fines militares, considerando que el uso de la bomba atómica sería una catástrofe, y propuso ir hacia un desarme generalizado.

El líder venezolano se declaró seguro de que Irán no está fabricando dicha bomba e invitó a europeos y estadounidenses a proponer un pacto, bajo el auspicio de la ONU, para lograr la eliminación total de las armas nucleares.

Los países occidentales sospechan que Irán intenta fabricar armas nucleares de manera encubierta afirmando que su programa es exclusivamente civil, lo que Teherán siempre ha negado.

Chávez realiza una gira que ya lo ha llevado a Libia, Argelia, Siria, Irán, Turkmenistán y Bielorrusia, con un alto en Italia para acudir al festival de cine de Venecia, donde se estrenaba un documental del director estadounidense Oliver Stone sobre el líder venezolano.

Este miércoles debe llegar a Rusia y el viernes tiene previsto reunirse en Madrid con el rey Juan Carlos y con el presidente del gobierno José Luis Rodríguez Zapatero.

7.9.09

Periódico reformista clausurado y poema de Nahid Kabirí

Etemad-e Melli (confianza nacional) era un periódico reformista publicado por un grupo político iraní del mismo nombre cuyo lider, Medi Karrubí, fue candidato en las pasadas elecciones presidenciales del mes de junio. El periódico dejó de salir a la venta el 17 de agosto después de que publicara en sus páginas un informe sobre las violaciones ocurridas en las cárceles donde los encarcelados en las protestas masivas que tuvieron lugar después de las controvertidas elecciones eran las víctimas.

Unos días antes del cierre de este periódico, la poeta Nahid Kabirí (en este blog hemos hablado de ella y traducido uno de sus poemas) publicó un poema en portada:

"Granada, capullo, aceituna"

El poema hace referencia a los colores rojo, blanco y verde y lo que éstos significan en las circunstancias actuales. Siempre resulta sorprendente ver cómo en Irán la poesía, con sus metáforas muchas veces bien explícitas, vadea la censura y llega al gran público.
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3.7.09

Irán, poema de Nahid Kabiri




Informe
poema de Nahid Kabiri traducido por Ana M. Briongos

Verdes árboles,
negro el cielo,
verdes líneas sin fin,
negros cuervos,
los anhelos verdes.
Guardianes bien armados, cólera, bastones, negro
y verde.
Con dos canarios blancos en sus manos
se enfrenta al negro,
no gota a gota
sino calle a calle. Sangre.
Relámpago, humo, gas, fuego, estrella, estrella.
Sohrab, Saman, Iasaman, Nargues, Kurosh, Kaveh,*
Kaveh grita
¡Ay! Rosas rojas, ramo a ramo, gota a gota, una a una.
Neda cae.
Dos soles las ventanas de sus ojos
Desconcierto extraño en su última mirada.
Y sangre,
como un surtidor, roja roja,
hasta que el verde corazón enamorado estalla.

*Nombres de héroes épicos del Shahnameh (El libro de los Reyes). Obra poética épica persa escrita por Ferdowsi.
Nahid Kabiri es una conocida poeta iraní que vive en Teherán y pertenece al Pen Club de Irán. Este poema lo ha escrito a raiz de los últimos movimientos populares ocurridos en su país como consecuencia de lo que gran parte de la población considera fraude electoral y que se han saldado con decenas de muertos.

24.6.09

Irán: Mikel Ayestaran desde Teherán

En la franja lateral de este mismo blog podéis entrar en el blog "salamagur" que mantiene el periodista Mikel Ayestarán. Mikel está ahora en Teherán. Hoy copio la entrada titulada "Ética periodística en Irán" porque me parece esclarecedora. No añado los comentarios de los lectores, lledlos entrando en salamagur.

22 Junio 2009
Ética periodística en Irán por Mikel Ayestarán.
El sexto comunicado de Mir-Husein Musavi pide una vez más que prosigan las protestas. El líder reformista me ha sorprendido, la verdad, pensaba que como ocurría con el ex presidente Jatami se echaría atrás en el momento decisivo, pero parece que no. Vamos a ver varios puntos clave para entender como están las calles y lo mal que informamos los medios occidentales:
La única foto de los últimos días, desde mi ventana.
1-Seguridad paramilitar. 19 muertos según las cifras oficiales, 150 según fuentes diplomáticas y 450 heridos en los hospitales de Teherán. La Policía es una anécdota dentro del despliegue masivo de Guardia revolucionaria, Basij y Ansar-e-Hizbola. Tienen carta blanca responder “con firmeza”, adelantó el Líder Supremo. Y lo están haciendo. En estos momentos, como yo creo que ocurre desde hace cuatro años, son ellos quienes tienen el verdadero control de la situación.
2-Occidentales a la calle o en sus casas. No me lo explico. He estado en mil conflictos en la región, pero en ninguno el apagón en informativo ha sido tan brutal. Sólo el periodismo ciudadano nos permite ver imágenes. Nadie es capaz de sacar una cámara –yo el primero- y lidiar con las medidas de seguridad. Nadie. El ministerio nos canceló las acreditaciones “por seguridad”, es decir, para evitar que nos pasara algo en las calles. El problema es que precisamente cuando las cosas se ponen así cuando tenemos que estar en ellas, como lo hacemos en Bagdad, Kabul, o Gaza, lugares donde la violencia es pan de cada día y hay prensa para contarlo.
3-Ética periodística. Las autoridades iraníes expulsaron del país al corresponsal de BBC por violar los principios de la ética de la profesión, según el comunicado oficial publicado por una agencia como Fars. Les invito a que lean a diario, como hago yo, los contenidos de las agencias oficiales: Mehr, Fars, Irna, Isna… y juzguen ustedes mismos.
4-Parcialidad occidental. Los periodistas estamos en Teherán, al norte de la ciudad y lo que vemos no pasa de la plaza de Vanak. Tampoco tenemos permiso para ir más allá y mucho menos salir del país. Por eso pienso que nuestro punto de vista, como se quejan las autoridades, es pro-'ola verde', porque es lo único que hemos visto. ¿Qué ocurre en el resto del país, en el enorme Irán rural? ¿Ha ganado realmente Ahmadineyad con justicia? Yo opino que sí, que su apoyo es mayor al que imaginamos los occidentales, la pena es que no lo podamos comprobar para ser más equilibrados.

21.6.09

Irán. Algunos mensajes recibidos.

Salam Ana joon, estamos muy tristes y tenemos que esperar. Desde Tabriz mibusamet, M.

Querida Ana: Qué sábado más horrible, todavia hay una atomosferia tan trise... Ahora, domingo, las gentes están arriba en los terrados y dicen ALAOAKBAR. Dicen que el martes nadie trabajará, que habrá huelga. Desde Teherán, un abrazo, N.

Hola Ana,

Dimarts vaig tornar de l'Iran, el mateix dia en què van morir set persones en les manifestacions. El viatge ha estat intens, formidable, impossible d'oblidar. Deixant de banda els llocs que més m'han agradat, la gent és sensacional. Moltíssimes persones ens han preguntat què pensavem del país i quina era la nostra opinió; hem pogut trencar definitivament amb els estereotips i obrir-nos a la seva cultura i manera de ser i pensar. En molts casos això ha estat possible pel nostre guía. Un noi de 30 anys fantàstic. Es diu Morteza Safaeí. Ha estudiat filosofia i castellà i va liderar un moviment estudiantil de protesta quan hi havia el Jatamí (va estar uns dies a la presó i tot), així que està molt vinculat a la política i això ha fet que poguessim seguir molt d'aprop la campanya electoral i tot el que ha passat (vem assistir a un míting amb el Jatamí a la plaça d'Isfahan, una experiència única. Tota la plaça a vessar...cantant, cridant, amb pancartes del musaví, verd per tot arreu...). Per cert, li vaig preguntar al Morteza si havia sentit parlar de tu, i em va comentar que de tan en tan algú li pregunta sobre la botiga de catifes del bazaar. M'hi va portar, i vem poder parlar una estona amb en Rezá, i fins hi tot li vaig comprar una! jeje. t'envio dues fotos. Una amb ell a la botiga, amb el guia, el meu pare i jo, i l'altre de la catifa. Ja veus que és algo senzill, però amb el tipus de mobles que tinc m'anirà molt bé.


Tema eleccions... tot plegat ha sigut molt estrany. Des que vem arribar es respirava un ambient de canvi, una voluntat de voler fer un gir en el país. Cada nit els carrers s'omplien de centenars de persones que donaven suport a musaví, i de dia no deixaven de repartir bulletes i cintes verdes. És clar que tb en veies de l'ahmadinejad però no hi havia color... El dia dels comicis, les mezquitas i escoles amb cues interminables (vem anar a un lloc emblemàtic de la revolució, una mesquita de Teheran anomenada Hoseinieh Ershad, on la gent va expressament a votar. Doncs bé, després de tot aquest moviment...ens llevem al dia seguent amb el resultat de 60 ahmadi 30 musaví... No en sé tant com per poder opinar, però tot plegat va ser molt decepcionat i no ens va estranyar que la gent acabés esclatant de ràbia.(Elisabet Cortiles; elisabet_cortiles@hotmail.com).

Irán: Otra manera de ver las cosas.

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=87125

15.6.09

Mensaje recibido de nuestra amiga en Teherán


Foto del album de Ali Torabi en Facebook.

Nuestra amiga Fatemeh, la activa bloguera de www.alwayspersiangolf.blogspot.com, ha mandado un mensaje. Como me temo que no puede actualizar su blog ni entrar en Facebook, lo pongo yo aquí para que lo leáis:

Hola Ana;

Despues de las elecciones presidentales en Irán y cuando Ahmadinejad otra vez se ha elegido, mucha gente no podian creer eso, porque la mayoria de la gente habian votado a Musavi y todos creemos que debe hacer trampa. Por eso la gente hace tres dias que se están manufestando contra del gobierno y decimos ¿donde está mi voto?
Antes de las elecciones se ha cortado el telefono y no podemos enviar mensajes.
Mucha gente dice que eso es un golpe militar contra la democracia y la gente. Y tambien se han bloqueado todos los sitios de Internet, como facebook, y otros en Irán.

Espero que la gente puedan protestar bien contra Ahmadinejad.

Saludos Fatemeh

www.alwayspersiangolf.blogspot.com

14.6.09

Irán, después de las elecciones

La gran decepción. Ha ganado el Irán profundo, el más conservador. Los que estaban esperanzados y convencidos de que un cambio, aunque fuera pequeño, era posible, no aceptan el resultado oficial. Mirad los vídeos. Sobre todo el primero, miradlo hasta el final.

http://www.youtube.com/watch?v=dSECAvBTanQ&feature=email

http://www.youtube.com/watch?v=-lC8XsroQsg&feature=email