En California es fácil obtener una receta médica de marihuana.
Buscas por Google y encuentras varias clínicas cercanas en cuyas webs te dan hora de visita.
Llegados al lugar una señora sentada frente a un laptop te atiende. Después de una rápida conversación a través de Skipe con un médico, que debe estar tomando el sol en Malibú, y tras el pago de 66 dólares de tasas oficiales, recibes un documento con un aspecto muy oficial que te da acceso al mercado estatal multimillonario de la marihuana. Parecía que la marihuana se había convertido en una reliquia reemplazada por la cerveza casera tan de moda, pero no es así.
Escribo desde Berkeley, California, mientras desayuno en el Towny de University street, donde he encontrado un número de la revista Town&Country en el que una mujer americana, Carol Mack, diseñadora de interiores y esposa de diplomático, con un hijo en Harvard, cuenta su inquietud el día que el chico le comunica que ha decidido hacer el trabajo de doctorado sobre el negocio de la marihuana. Horror piensa ella. Y luego, doble horror, el chico se quiere dedicar a ese negocio.
Se calcula que para 2020 la marihuana legal moverá en los EEUU 20 mil millones de dólares. Aunque el uso y la posesión según las leyes federales sigue siendo ilegal. Desde 2016, 28 estados, más el distrito de Columbia, tienen leyes que legalizan de alguna manera esa droga.
¿Como es que de repente se acepta?
Numerosos estudios muestran los beneficios potenciales de la marihuana: modera el dolor crónico y elimina o reduce la frecuencia de algún tipo de ataque, ayuda a los insomnes, a los depresivos y más.. además las investigaciones científicas que se están llevando a cabo ofrecen variedades que mejoran la concentración mental y aumentan la creatividad y la actividad atlética. Ya no se trata de colocarse, como ocurría antes.
Normalmente la marihuana recetada como medicamento se fuma, o se come. Ahora se está desarrollando un producto para ingerir con resultados concretos, rápidos y predecibles, que sustituyan a las mezclas con brownies o dulces y que no te obliguen a consumir muchas calorías.
En el periódico semanal “East Bay” que se distribuye gratuitamente por la zona Este de la Bahía de San Francisco, o sea principalmente en Oakland y Berkeley, hay dos o tres páginas donde se anuncian médicos y clínicas que ofrecen recetas de marihuana y tiendas online que venden las mejores variedades con detalles explicativos y fotos de hermosísimos cogollos.
Tengo un amigo en Oakland enfermo de cáncer y él y su pareja consumen regularmente marihuana, la adquieren de forma legal con receta médica y lo consideran lo más normal del mundo. Siendo el consumo pues tan normal y estando tan extendido, es sorprendente que nunca se huela a porro. Quizá a las nuevas variedades resultantes de ingeniosas investigaciones científicas, les han quitado el olor para desvincular el nuevo negocio mil millonario legal del también multimillonario de la droga.
1 comentario:
laóstia
sorry, perdón
las cosa, mientras + claras, + difíciles de comprender
es ya demasiado evidente que a los únicos que les interesa mantener las drogas en la ilegalidad, es a los narcotraficantes
y a los gobiernos infiltrados por ellos, claro
en fin
hagamos (us)américa grande de nuevo
bigabrazo
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