Portada del libro de Roland y Sabrina Michaud publicado en 1970 por Hachette. |
Hace dos semanas conocí personalmente a Roland y Sabrina Michaud. Fue en Andorra durante unas conferencias sobre la India que tuvieron lugar en un pueblo rodeado de picos nevados, Ordino.
La presencia del matrimonio Michaud en mi vida comenzó casi con mis viajes a Oriente, hace 50 años.
Cuando llegué a Kabul, después de haber vivido un tiempo en Kandahar, en mi libro “Un invierno en Kandahar” hablo de ello, vi en la oficina de turismo unos pósters colgados de la pared con unas fotos maravillosas. Fotografías de hombres, mujeres y niños de Afganistán, de una belleza y una dignidad impresionantes. Aquellos pósters se vendían pero yo no pensé nunca en comprar uno ya que si bien era rica en tiempo por aquel entonces, sin embargo el dinero era escaso y había que administrarlo con mucha prudencia.
Los Michaud con Albert Padrol y Ana M Briongos en Ordino, Andorra. Mayo 2018. |
Unos años más tarde, en 1974, ya instalada en la residencia de estudiantes de la Universidad de Teherán donde estudiaba, llegó para compartir conmigo la habitación una estudiante afgana de Kabul, Homa Tarzi. Lo primero que hizo al llegar fue pegar en la pared una fotografía de su madre recién fallecida y después un póster con la cara de un hombre, un afgano muy bello que llevaba a manera de turbante enrollada una cuerda. Lo reconocí al instante como uno de los personajes de los pósters de la oficina de turismo de Kabul. Aquel hombre nos miraba fijamente. De día y de noche. Le llamábamos, el malang de Paghmán. Para nosotras era el hombre ideal.
El malang de Paghmán. Foto Michaud. |
El viajero que recorre Afganistán, encuentra a menudo hombres de rostro iluminado, monjes mendicantes musulmanes que han renunciado a los bienes de este mundo y viven la aventura espiritual. Los llaman en Afganistán malang, o locos de Dios. A veces se trata de auténticos sufíes que han alcanzado las fronteras de la sabiduría y de la santidad. Cómo puede uno permanecer insensible a la mirada a la vez intensa y modesta de este hombre. De repente se tiene la certeza de que el rostro de Cristo era claro y profundo como este (Afghanistan, Roland and Sabrina Michaud). Paghman es un pueblo cercano a Kabul lleno de jardines, árboles frutales y riachuelos donde los ricos de la capital tenían sus casas de veraneo.
Los lagos de Band i amir en el Hindu Kush afgano. Foto Michaud. |
En primavera de este mismo año llegaron mis padres a Teherán para visitarme y luego volaron a Kabul, invitados por la familia del Wali y Jamila Youssof, que me había acogido y donde yo residía cuando estaba en Kabul, y a su hijo Walid, que había pasado un año en Barcelona viviendo con mis padres. Al despedirlos les regalaron dos cosas, un plato de porcelana china, propiedad de la familia que todavía conservo y un libro muy usado de fotografías de Afganistán donde ¡oh sorpresa! estaban las imágenes de los pósters y, entre ellas, el malang de Paghmán. Entonces supe que sus autores eran Roland y Sabrina Michaud.
Cuando supe que participaría en una conferencia en que ellos eran los actores principales, busqué el libro para enseñárselo. Se trata del primer libro que publicaron, una edición de 1970.
Mi participación en esa conferencia consistió en explicar lo que acabo de contar. Después saqué el libro y mostré la foto del malang de Paghmán a mis contertulios y a la sala repleta de gente. Roland se emocionó.
Buzkashi, el deporte nacional de Afganistán. Foto Michaud. |
Cuando escribí “Un invierno en Kandahar” pensé que la portada debía tener una fotografía de los Michaud. Lo intenté. Pero se publicó la primera edición en Ediciones B, la edición de bolsillo, la edición digital, la edición en inglés y, recientemente, la edición de Laertes y todavía no lo he conseguido. Los Michaud no tienen correo electrónico, ni teléfono móvil, ni página Web. Además viajan constantemente. Lo intenté, les mandé cartas, no hubo respuesta. Encontré la copia de una de las cartas que les había mandado y se la entregué a Roland para que quedara constancia. Nos reímos. Los Michaud son de otro mundo.
Roland y Sabrina Michaud han publicado muchos libros, en ellos les gusta encarar a modo de espejo una miniatura antigua con una de sus fotografías cuyo tema resulta sorprendentemente parecido, lo llaman miroirs (espejos en francés)
Para Ana Maria a la que conocemos desde siempre, como recuerdo de nuestro encuentro “extraordinario” en Andorra (se trata de un milagro, de magia, como en un cuento de las mil y una noches).
Mi emoción es inmensa.
Gracias por existir.
Gracias por este espejo, de corazón a corazón.
Sabrina y Roland,
Ordino, 10/V/2018.
La primera fotografía muestra la portada del libro de Roland y Sabrina Michaud "Afghanistan" de la colección "Rêves et Rêalités" publicado en 1970 por Hachette. Las fotografías pertenecen a este libro.
Interesante artículo publicado en The Guardiam con fotografías:
no te prodigas mucho con tus publicaciones en este blog
ResponderEliminarpero...
cada una parece un libro,
o,
al menos,
condensas vivencias q llenarían + de 1 libro y + de 2
esos amigos no son de este mundo, no
¿y túúúúú?
biiiiigabrazo
Tens l’habilitat de fer reviure el que has viscut com si fos fa uns dies. M’encanten els teus ‘viatges’ . Un petó guapa!
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