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25.8.10

Pensamientos fugaces


Pensamientos que llegan en cascada, ¿quién los registrará? Se perderán en la inmensidad, se los llevará el río, se hundirán en el océano y nunca más serán recordados. Si hubiera una grabadora que los registrara sin necesidad de expresarlos con palabras o con letras escritas sería fantástico, los podría recuperar, compartir y comentar. Pero fluyen con tal rapidez que ya se han perdido para siempre.

Sentada en la cabina al lado del chofer en el camión de fabricación rusa que nos lleva a Mazar i Sharif, con la caja trasera llena de turistas desorientados, acalorados y enfadados, contemplo mientras cruzamos un desierto sin más límite que el horizonte, encuadrados en el marco del espejo retrovisor, los labios sensuales y perfectos del chofer que se mueven levemente al desplazar un palillo a lado y lado de la boca. Por suerte no veo sus ojos, él tampoco ve los míos, y puedo concentrarme descaradamente, sin peligro a ser descubierta, en esta escena que durará tanto como la travesía del desierto. A la vez por mi mente discurre una cascada de pensamientos sorprendentes, absolutamente increíbles, que parten veloces y que nunca más podré alcanzar…

Esta foto es de Sabrina y Roland Michaux, los que han tomado las mejores fotografías de Afganistán. El chofer del que hablo se parecía a este personaje. Eran otros tiempos.

1 comentario:

  1. Cuéntanos más vivencias de otros tiempos para que podamos viajar desde el sillón de nuestra casa. Este afganos tiene una mirada...¡uf!

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