Ética periodística en Irán por Mikel Ayestarán.
El sexto comunicado de Mir-Husein Musavi pide una vez más que prosigan las protestas. El líder reformista me ha sorprendido, la verdad, pensaba que como ocurría con el ex presidente Jatami se echaría atrás en el momento decisivo, pero parece que no. Vamos a ver varios puntos clave para entender como están las calles y lo mal que informamos los medios occidentales:
La única foto de los últimos días, desde mi ventana.
1-Seguridad paramilitar. 19 muertos según las cifras oficiales, 150 según fuentes diplomáticas y 450 heridos en los hospitales de Teherán. La Policía es una anécdota dentro del despliegue masivo de Guardia revolucionaria, Basij y Ansar-e-Hizbola. Tienen carta blanca responder “con firmeza”, adelantó el Líder Supremo. Y lo están haciendo. En estos momentos, como yo creo que ocurre desde hace cuatro años, son ellos quienes tienen el verdadero control de la situación.
2-Occidentales a la calle o en sus casas. No me lo explico. He estado en mil conflictos en la región, pero en ninguno el apagón en informativo ha sido tan brutal. Sólo el periodismo ciudadano nos permite ver imágenes. Nadie es capaz de sacar una cámara –yo el primero- y lidiar con las medidas de seguridad. Nadie. El ministerio nos canceló las acreditaciones “por seguridad”, es decir, para evitar que nos pasara algo en las calles. El problema es que precisamente cuando las cosas se ponen así cuando tenemos que estar en ellas, como lo hacemos en Bagdad, Kabul, o Gaza, lugares donde la violencia es pan de cada día y hay prensa para contarlo.
3-Ética periodística. Las autoridades iraníes expulsaron del país al corresponsal de BBC por violar los principios de la ética de la profesión, según el comunicado oficial publicado por una agencia como Fars. Les invito a que lean a diario, como hago yo, los contenidos de las agencias oficiales: Mehr, Fars, Irna, Isna… y juzguen ustedes mismos.
4-Parcialidad occidental. Los periodistas estamos en Teherán, al norte de la ciudad y lo que vemos no pasa de la plaza de Vanak. Tampoco tenemos permiso para ir más allá y mucho menos salir del país. Por eso pienso que nuestro punto de vista, como se quejan las autoridades, es pro-'ola verde', porque es lo único que hemos visto. ¿Qué ocurre en el resto del país, en el enorme Irán rural? ¿Ha ganado realmente Ahmadineyad con justicia? Yo opino que sí, que su apoyo es mayor al que imaginamos los occidentales, la pena es que no lo podamos comprobar para ser más equilibrados.