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2.5.09

Ley de familia para la comunidad chiíta en Afganistán, a debate.



La polémica ley que se está debatiendo y que ha provocado manifestaciones en Kabul y artículos en la mayor parte de periódicos del mundo trata del derecho de familia chií y regula, entre otras cosas, los asuntos personales como el matrimonio, el divorcio, la herencia y las relaciones sexuales entre los componentes de la minoría chiíta de Afganistán. Los afganos son en su mayoría musulmanes de la rama suní y solo un 10% de la población es chií. Los chiítas afganos pertenecen generalmente a las tribus hazaras que viven en la zona de Bamiyan, llamada Hazarajat. Los iraníes que son chiítas han apoyado históricamente a estas tribus y siguen haciéndolo.

La Constitución afgana permite a la comunidad chiíta tener su propia ley civil, basada en la jurisprudencia tradicional chií que contempla los matrimonios temporales, la mayoría de edad para el matrimonio a los 9 años para las chicas, etc. Y es parecido al régimen de familia iraní. Pero a la vez, la Constitución y varios tratados internacionales firmados por Afganistán garantizan la igualdad de derechos para las mujeres. Estamos ante una contradicción, pues aunque oficialmente se aceptaba hasta ahora la igualdad de derechos, en los lugares remotos del Hazarajat dirimían sus diferencias según la costumbre hazara chiíta.

Esta es una ley electoral para agradar a los clérigos chiítas y a su comunidad más conservadora. Son votos para el actual presidente, Karzai, ya que esta comunidad cambia su orientación de voto según las circunstancias y representa un 10% de la población.

Sin embargo las mujeres afganas que están en el Parlamento ya han conseguido algunas enmiendas como la de subir la mayoría de edad de 9 a 16 años y eliminar la facilidad de contraer matrimonios temporales. Este tipo de matrimonio, que es legal en Irán, consiste en un contrato temporal entre un hombre y una mujer (de unas horas a tantos años como se quiera) para tener relaciones a cambio de un tangible ya sea dinero u otros bienes. Los hijos de esta relación quedan protegidos y heredan al padre.

En Afganistán las mujeres votan desde las elecciones de hace 5 años, 2004. Pero la mayoría, sobre todo si no viven en la capital, tienen dificultades para desplazarse hasta el colegio electoral y no pueden hacerlo si su marido no las lleva.

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