Ya se ha ido Sharmistha, querida amiga India, que ha pasado las navidades en nuestra casa en Barcelona. Ha estado con nosotros veintisiete días. Su visado era para un mes. Ha regresado a su país, como estaba estipulado. Ella es de Calcuta pero tendrá que presentarse en la embajada de España en Nueva Delhi (1500km) porque así se lo exigieron, con una nota impresa a toda página en su pasaporte, el día que le concedieron el visado.
La historia es larga y la escribo para que otras personas, deseosas de viajar a España desde países del tercer mundo, sepan a qué atenerse. También para que las autoridades españolas reflexionen.
Ante todo debo explicar que Sharmistha es una joven que trabaja como secretaria en una empresa india dedicada al control de calidad de los zapatos y bolsos que se fabrican en India, con piel española, para importantes marcas de españolas y que después se exportan, desde España, a todo el mundo. Ella tiene este trabajo desde hace años y cada día adquiere nuevas responsabilidades debido a su eficiencia y seriedad. Está soltera y vive con su padre. Tiene hermana casada y sobrinos. Una vida estructurada y bien organizada en su país. Ha estado aprendiendo español y ya puede comunicarse con las fábricas españolas en este idioma, tanto por teléfono como por email. Ella procesa desde la India todos los documentos que se necesitan para la exportación a España.
Conozco a Sharmistha desde hace tiempo puesto que viví en Calcuta para escribir el libro ¡Esto es Calcuta! Y acostumbro a viajar a esta ciudad con cierta frecuencia.
Hace dos años, y con la intención de que mi amiga pasara las navidades con nosotros y conociera nuestro país, nuestra cultura y practicara nuestro idioma, iniciamos el proceso para solicitar el visado necesario para poder entrar en España. Fui a la policía para pedir el impreso de idoneidad que me facilitaría la obtención de la carta de invitación para mi amiga extranjera. Rellené el impreso y busqué los documentos que pedían: contrato de alquiler o escritura de propiedad del piso donde va a residir la invitada. Los presenté en comisaría. Me mandaron al banco a pagar 80 euros. Con el recibo volví a comisaría y me dieron un papel que decía: le avisaremos cuando la carta esté lista. A los 15 días recibí una llamada telefónica en que me comunicaban que podía pasar a recoger la carta. Todo tal como estaba previsto.
El siguiente paso era ir al notario y hacer fotocopia de mi pasaporte para que él certificara su autenticidad.
Después había que mandar estos documentos a Sharmisthaa Calcuta. Fui a correos, me pidieron si los quería mandar certificados. Como eran documentos importantes acepté. Si una carta normal a la India tarda una semana en llegar, ésta certificada tardó tres semanas. Y estoy hablando de una dirección sin complicaciones en una ciudad con nombres de calles y números.
Sharmistha mandó todos los documentos que le pedían a la agencia contratada por la Embajada de España que,desde hace un tiempo, se encarga de recibirlos,procesarlos, y pasarlos a la embajada.
Al cabo de unas semanas, le devuelven el pasaporte con un sello donde decía “Visado denegado para cualquier país Shengen”. Explicación en un papel aparte: Esta persona podría no regresar a su país. Sharmistha, que ya tenía la maleta preparada, los regalos comprados, y a nosotros esperándola con ilusión, no pudo viajar a España y, además, su pasaporte quedaba marcado y no servía para pedir de nuevo el visado tan deseado, ni en España, ni en ningún país europeo. Escribí una carta a la Embajada pidiendo qué más se necesitaba para poder darles la seguridad de que nuestra amiga no se quedaría en España, puesto que yo me hacía responsable de todos sus gastos mientras estuviera en mi casa y de que regresara a su país cuando concluyera el permiso, y nunca me contestaron.
Esperamos un año y reiniciamos el proceso. Otra vez la invitamos a pasar las navidades en nuestra casa. Se sacó un nuevo pasaporte, que cuesta dinero. Yo volví a comisaría con todos los documentos y solicité la carta de invitación, más dinero. Fui al notario e hice reconocer la fotocopia de mi pasaporte, las páginas dónde hay los datos importantes, eso es lo que acostumbran a hacer en las notarías cuando se les presenta un pasaporte, más dinero. Había escrito una carta, dirigida al embajador y otra, dirigida a la cónsul, en la que aseguraba que me hacía responsable de que ella regresara a su país. Que no deseaba quedarse, que tenía una familia y un buen trabajo y que era muy importante para España tener en la India a una persona que hablara bien nuestra lengua y trabajara con eficacia para que nuestros productos tuvieran la calidad óptima para ser representantes dignos de nuestro país cuando España los exportaba. Hice reconocer esas cartas con mi firma por el notario, más dinero.
Mandé todos esos documentos esta vez por MRV. Tardaron igual que con la carta certificada, decían que no encontraban la dirección y que eran las fiestas del DurgaPuja y nadie trabajaba esos días. Creo que MRV no tiene unos buenos corresponsales en India.
Sharmistha volvió a mandar los documentos a la agencia. Al cabo de unos días le dijeron que yo debía mandar una nueva fotocopia compulsada por el notario de “todas” las páginas de mi pasaporte, incluso las que estaban en blanco. Volví al notario, más dinero. Esta vez lo mandé por DHL, más dinero, pero llegó en tres días.
En este punto se movió la embajada. Llamaron por teléfono a Sharmistha y le hicieron preguntas. Después llamaron a su jefe, un ciudadano indio que habla un español impecable. Cuando les respondió en nuestro idioma, la reacción fue “habla usted demasiado bien para ser indio, no puede ser”. Desconfianza por delante y falta de información. ¿Cómo puede ser que desconozcan la existencia de un ciudadano indio que habla perfectamente nuestro idioma y lleva años colaborando con importantes empresas españolas?
Finalmente le dieron el visado tan deseado, por un mes, y en su pasaporte había un sello-tampón que ponía lo siguiente: Debe presentarse en la embajada inmediatamente a su regreso.
Este escrito no sólo pretende ayudar o alertar a las personas que quieren obtener un visado turístico para viajar a España, personas que tienen todas las características para regresar a su país y que piensan regresar, que no se confíen, ya que entregando los documentos que se les piden no es suficiente, hay que pasar la barrera de la desconfianza absoluta de los funcionarios. Este escrito pretende también dar un toque de atención a nuestros gobernantes y a nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores. Pretende alertar sobre lo importante que es para nuestro país, España, saber qué ciudadanos hablan nuestra lengua, trabajan con empresas de nuestro país, difunden nuestra cultura, les gusta España. A estos ciudadanos habría que cuidarlos, se les debería conocer, escuchar, abrirles las puertas de la Embajada y utilizarlos como difusores del buen nombre de nuestro país.
Sharmistha ha pasado con nosotros unas navidades inolvidables. Ya ha regresado a Calcuta. Ahora tiene que ir a Nueva Delhi para presentarse en la embajada. Irá.¡Más dinero!