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23.4.08

Viaje: huída y búsqueda. 40 años de vida viajera.



En la foto Ana M. Briongos, 1974, en los invernaderos de orquídeas de Noshar, Irán, con Rosario Sheikhi y sus hijas, esperando la visita de Amir Abbas Hoveida, entonces Primer Ministro de Irán.



Dicen que el ser humano es un ser dotado de una curiosidad sin límite y de un espíritu aventurero que le empujan a salir de su entorno más conocido, de su refugio seguro, para ir a la búsqueda de otros mundos. Eso no es del todo cierto: en general, el ser humano, busca un lugar pacífico y confortable donde construir su casa, y donde criar a sus hijos; y si ha emprendido la marcha ha sido porque la miseria o la guerra no le permiten subsistir en su asentamiento. Pero al mismo tiempo están los conquistadores, los predicadores, los comerciantes y los aventureros entre los cuales hay locos, iluminados y románticos, gentes inquietas por naturaleza que, por diferentes razones, emprenden el viaje. Yo formo parte de estos últimos.

“Mi vida ha sido un cruzar constante de fronteras, tanto físicas comometafísicas” y “éste es para mí el verdadero sentido de la vida”, dice Kapuscinski cuando defiende el abandono del cubículo de nuestra seguridad, el abandono del territorio, del árbol que nos da sombra, para ir en busca de las respuestas, del "quién", como hizo Heródoto hace 2500 años. Hay que aventurarse en lo desconocido, dejarse guiar por "la magia de viajar" que "actúa como una droga" donde "el camino es el tesoro". (Viajes con Heródoto, editorial Anagrama).

Un cuento iraní titulado “mahi e siá e kuchulú” (el pez negro y chiquitín) muy popular en Irán en los años setenta, cuenta la historia de un pececito que vive con su madre en el recodo de un río. El tedio, el aburrimiento, la estrechez de miras, los mismos paisajes, las mismas gentes, ataduras como la propiedad, la familia, las convenciones sociales, le agobian, y quiere saber qué hay aguas abajo. Es un pez especial y el autor del cuento para distinguirlo de los demás lo ha imaginado de color negro. Es un pez curioso, observador, inconformista y decidido. Y efectivamente decisión necesita. Primero, para hacer oídos sordos a los consejos de sus vecinos cuando le advierten sobre los peligros que le acechan si cruza el límite del recodo del río. Segundo, para vencer el sentido de culpabilidad por dejar a su madre que llora. Y tercero, para enfrentarse a su propio miedo ante lo desconocido.

Este año 2008 hace cuarenta años que salí por primera vez de mi casa en un viaje-aventura que todavía no ha terminado. Era 1968 y no estuve en Paris, a pesar de que mi partida ocurrió ese mismo año, porque en aquel momento de mi vida no me interesaban las barricadas aunque fueran para llevar un poco de imaginación al poder. Yo salía huyendo y sin embargo nadie me perseguía. Huía del tedio, de mi familia de misa el domingo y rosario diario enfrascada en oscuras rencillas muy poco edificantes, de los exámenes de tercero de físicas, de mi efímera militancia en un partido estalinista, y, para resumir, de lo que hoy llamamos “la escopeta nacional”. Quería salir, ver, olvidar, limpiar, abrir, llenar, observar, sentir y también amar. Era joven, estaba sana, me sentía fuerte. Lo microbios que tanto asustaban a mi abuela y que según ella nos amenazaban sin piedad, misteriosamente a mí no me afectaban. Quería estar sola, en un lugar donde nadie pudiera encontrarme. Salía con muy poco dinero y sin billete de regreso aunque previsoramente había dejado una cantidad de mis ahorros en una cuenta del banco para un caso de necesidad. También había apuntado mi nombre en un lugar que me parecía seguro por si llegaba un día en que no sabía ni como me llamaba, ¡qué ingenuidad la mía!, puesto que si tal cosa hubiera ocurrido no hubiera ni tan siquiera recordado el lugar donde lo había apuntado. En aquella época todavía creía que las mujeres estaban como estaban por ser poco valientes, por no querer tomar decisiones y llevarlas a cabo, por ser comodonas y miedicas. Y me lo confirmaba el hecho de que en la universidad las chicas estudiban en su mayoría Filosofía y Letras y muy pocas Físicas, y que fuera prácticamente la única mujer que viajaba sola por esos mundos de Dios. Después, evidentemente, la maternidad me ha hecho cambiar de opinión.

El destino hizo que mi camino se desarrollara a través de desiertos y que finalmente me instalara durante un tiempo en una ciudad-oasis llamada Kandahar, en el sur de Afganistán, donde conocí lo que es la austeridad del que vive en una tierra árida que da poco pero permite subsistir.
La travesía del desierto es a la vez un viaje real por unos paisajes extraños, austeros, minimalistas, e inmensos, y un viaje interior a las más hondas raíces del espíritu.
La religión no tiene que ver con esto, es otro tipo de trascendencia, se trata de emociones compartidas con gentes que no hablan tu lengua pero que aprecian igual que tú la belleza, de una música, de una canción, de un paisaje, por ejemplo, en medio de una naturaleza extrema donde todo es superfluo menos la vida misma de las personas y de los animales, el sol que calienta e ilumina y la sombra de una tienda o de un cubículo de adobe.
Posteriormente, en un país donde las señas de identidad se resumen en ser musulmán y pertenecer a un clan, fui acogida por el clan Mohammadzaí que, como manda la costumbre Pashtun, me protegía.
Los acontecimientos ocurridos en el mundo durante estos cuarenta años han hecho que pudiera seguir muy de cerca el principio de la catástrofe con el golpe de estado del príncipe Daud y con la invasión de las tropas soviéticas en Afganistán. El encarcelamiento del patriarca de la familia que me acogía y también de las mujeres y de los niños. La huída de los que pudieron escapar. La resistencia, el exilio.
En Afganistán se soltaron los resortes que despiertan las furias, abren la caja de los truenos y ponen en marcha la máquina de la destrucción. Se rompió el equilibrio entre clanes y las intervenciones extranjeras han tenido mucho que ver con ello.
Después de mis primeros viajes terminé la carrera y di clases de física y matemáticas, estudié persa en la Universidad de Teherán, trabajé en Irán y Afganistán, después llegó la Revolución iraní con el ascenso político de Jomeini, y he sentido la necesidad de contar lo que he visto en esos países por lo que he escrito cuatro libros, con la idea de que la información no quede solo en manos de los cámaras de televisión, de los periodistas, o de los antropólogos.

Y mi vida viajera sigue.
(Intervención de Ana Mª Briongos para la mesa redonda "Mujer, viaje y desierto", organizada por Fundación Tres Culturas de Sevilla, abril 2008
En la foto con Patricia Almarcegui, que también intervino, después de la mesa redonda "Viajeras del desierto" organizada por la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo en el Pabellón Hassan II, Isla de La Cartuja, Sevilla, abril 2008.

19.4.08

Pena de muerte

1 252 personas han sido ejecutadas en 24 paises el año pasado, según Amnistía Internacional.

La mayor parte de estas ejecuciones han tenido lugar en 5 países :

China (470)
Irán (317)
Arabia saudita (143)
Pakistán (135)
Estados Unidos (42)

Estamos totalmente en contra de la pena de muerte.

11.4.08

Mohammad Jatamí en Barcelona


















El que fue presidente de Irán durante las dos legislaturas anteriores a la actual, Mohammad Jatamí, está en Barcelona y ha presentado esta tarde su libro "Del mundo de la ciudad a la ciudad del mundo" en el teatro Romea.

Lo ha editado Ediciones del cobre, que tiene afinidades con Irán puesto que también publicaron la novela "Suvashun" de la escritora iraní Simin Daneshvar y acaban de publicar "Razón y revelación o la religión en el proyecto filosófico de Eugenio Trías" de otro iraní, Arash Arjomandí, que, por cierto, dará una conferencia sobre este tema la próxima semana en Casa Asia.

Jatamí ha viajado a Barcelona para hablar de diálogo en una reunión celebrada ayer en Montserrat y, por la noche, lo vimos en TV3, en una entrevista que le hizo Mónica Terribas.

En el teatro Romea había poca gente, unos cuantos asistentes repartidos por la platea. No sé por qué los editores han decidido hacer la presentación en ese lugar, quizá porque la obra que se está repesentando actualmente en el Romea trata de persas. Si lo hubieran presentado en Casa Asia se habría llenado.

He ido a la presentación. Me interesaba ver de cerca al ex presidente de Irán y oir qué dice. Es una persona importante dentro del régimen de la República Islámica de Irán y representó en su momento las ilusiones de muchos iraníes que veían en él la única posibilidad de una hipotética apertura.

La conferencia, en realidad no era tal, sino unas palabras para arropar la presentación del libro, me han parecido un tostón. Yo esperaba algo más vital y menos filosófico. Jatamí ha hablado de dos tipos de libros: aquellos que escribe un escritor y que tienen un final cerrado, y aquellos que vamos creando cada uno a lo largo de la vida y cuyo final está abierto y se va decidiendo cada día. Ha hablado sobre el problema que representa el nihilismo hoy en día y ha terminado diciendo que las gentes "del libro" (la Biblia, la Thorá, el Avesta), o sea los cristianos, los judios y los zoroastrianos, junto con los musulmanes (el Corán), deben ponerse de acuerdo, puesto que tienen muchas cosas en común, en un ámbito de igualdad donde ninguno quiera dominar al otro.

Yo creo que los que están fuera "del libro" también deberían tener cabida en este esquema, incluso los nihilistas y los ateos. Para hablar de paz y de solidaridad todos los seres humanos somos válidos.

Me parece increible que en una ciudad como Barcelona no vayan más de veinte personas a oir a un personaje como Jatamí, aunque sólo sea por curiosidad.

Elecciones en Irán, conferencia de Luciano Zaccara




Ayer asistí a la conferencia que dió en la sede de Casa Asia en Barcelona, Luciano Zaccara, un estudioso de las elecciones que han tenido lugar en Irán desde la Revolución Islámica de 1979 .
Con estadísticas, y cuadros sinópticos, nos aclaró cómo funciona el complicado sistema político de Irán, cuál es su organización, y quiénes son los personajes principales. Todo ello a raiz de las últimas elecciones para diputados del pasado mes de marzo cuya segunda vuelta tendrá lugar en este mes de abril.
Me parecieron interesantes los siguientes puntos:
-Tienen derecho de voto todos los iraníes, hombres y mujeres a partir de los 18 años (hasta las últimas elecciones presidenciales la edad era 16 años).
- No hay prácticamente campaña electoral porque la designación de candidatos no se sabe hasta pocos días antes del día en que se vota (los candidatos que se quieren presentar han de pasar por un filtro de idoneidad y quedan apeados casi todos los reformistas).
- No hay censo electoral y cada votante puede hacerlo en el colegio electoral que quiera, incluso puede votar en una ciudad que no es la de su residencia.
- Las listas son abiertas. En Irán no existen partidos políticos pero sí se forman grupos que apoyan algunas candidaturas en cuyas listas los candidatos se repiten en muchas ocasiones.
- Los votantes deben buscar a sus candidatos en unas listas larguísimas y escribir a mano sus nombres y su número de referencia. En Teherán pueden escribir hasta 30 candidatos. Los votantes de Teherán pueden pasar horas rellenando su papeleta mientras los niños juegan o duermen en los bancos.