Muchos somos los que tenemos el gusanillo de la pasión viajera inserto en lo más profundo de nuestro ser. Pasión viajera que nos llevará a otras tierras para conocer, disfrutar, observar, sentir, compartir, en fin, colmar nuestra infinita curiosidad por los paisajes y, sobre todo, por las gentes que viven en otros lugares del mundo. Somos muchos en todo el planeta Tierra. Sobre todo jóvenes, pero mayores también los hay, que desean con vehemencia poder salir de su casa, de su pueblo, de su ciudad, de su país, para recorrer el mundo, para ver otras caras, otras gentes, otras formas de montarse la vida. ¡Quién no ha deseado alguna vez salir a ver el mundo! Pero, y aquí quiero llegar, para poder recorrer el mundo y que te dejen cruzar fronteras no solo necesitas algo de dinero, sino que además debes pertenecer a un país con garantía de bienestar. Debes poseer un pasaporte que te permita cruzar muchas fronteras sin visado y que si se necesita visado te lo concedan con facilidad. A esa parte del mundo pertenezco yo, por eso he podido viajar y recorrer muchos países y por eso mismo tengo muchos amigos en diferentes lugares del mundo. Pero cuando quieren visitarme mis amigos , si proceden de ciertos lugares y hay continentes enteros cuyos habitantes están en esa situación, tienen que superar grandísimas dificultades y muchas veces no lo consiguen ni con mi ayuda.